De las muchas imagenes que dominan las paginas de los medios britanicos hoy , pocas resumen con major claridad el sentido de un país en paz con si mismo como la de David Cameron y Alex Salmond, en el mismo palco ejecutivo, mostrándose igualmente estáticos a raíz de la victoria de Andy Murray.
La celebración no podía de ser otra que compartida ya que tanto Cameron, el primer ministro Britanico como Salmond, el primer ministro de la Escocia autónoma y líder del partido nacionalista escoces, son lo suficientemente astutos como para no intentar monopolizar al campeon tenista para fines políticos. Algo de este mismo pragmatismo llevo haze unos meses a que Cameron y Salmond acordasen los términos democraticos del futuro referéndum sobre la independencia en Escocia.
Saben que a pesar de no romper nunca sus lazos familiares y amistosos con Dumblane, el pueblo escoces donde nacio y fue a la escuela, de mantener su acento local, y dejarse aparentar, en su manera de luchar, a esa furia guerrera del mitico luchador anti-ingles William Wallace ‘Braveheart’, este héroe de Wimbledon no se ha dejado seducir por el sentimiento independista, como si lo fue, anos atrás Sean Connery, el primer James Bond de la pantalla. Tampoco se ha convertido Murray en un militante del partido conservador. Este deportista es un deportista de pura cepa.
Ayer, las primeras palabras de Murray tras su triunfo sobre el serbio Djokovic fueron de reconocimento hacia un publico que le habían apoyado sin separatismos ni partidismos: “Reconozco lo mucho que la gente deseaba que ganase Wimbledon un Britanico…pues hize lo que pude para conseguirlo.” De Norte al sur del Reino Unido,y mucho mas alla de estas islas, nadie se sintió defraudado. Al mismo tiempo, la celebración de la victoria fue tan apasionante en Dumblane como en Londres. El heroísmo de Murray había roto fronteras.
Eso si, hubo un momento cuando Salmond saco una bandera escocesa y la flameo a las espaldas de Cameron, en frente de las cámaras de TV. El gesto oportunista y picaresco no callo bien en la cancha de tenis mas famosa y universal del mundo donde tradición prohíbe el desplazamiento de símbolos politicos de cualquier índole. Pero aunque si criticado por algunas medios ingleses, paso sin mayor incidente.
Ayer, igual que hizo al ganar la medalla de oro del equipo GB en la Olimpiada, Murray capto el corazón de toda un pueblo que a pesar de sus divisiones políticas y nacionalismos, nunca ha perdido la capacidad de celebrar una victoria histórica ejemplar, conseguida con un gran espiritu de sacrificio, coraje, y nobleza, con sangre Escocesa en las venas, y un sentimiento Britanico reconciliado en el corazón. Hay que recordar que este fue el país que invento la frase ‘fair play’, y que salvo a Europa del nazismo.
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