Cuando el idioma se convierta en una arma politica


Los nacionalismos en España se reflejan uno a otro en su esencial anti-democrática, basados en una justificación  historia  basada en la mitología y una evasión de la realidad hacia un futuro igualmente fantasioso.

La polémica alrededor del proyecto de reforma  educativo del ministerio José  Ignacio Wert se nutre de dos posiciones antagónicas  en lo que supone el sujeto de la imposición, – o sea el Castellano o el Catalán. Ya, hace semanas, Rajoy defendió el proyecto de Wert , diciendo que en materia educativa lo que él quiere es que haya “buena convivencia”, y que “todo el mundo se sienta orgulloso de ser a la vez catalán y español”. Insistió en que el objetivo es una educación de mayor calidad que haga crecer la economía, cuando en realidad lo que supone es transformar el idioma vehicular , igual que  ha hecho el nacionalismo Catalán, en una definición política.

Detrás del proyecto del Sr Wert  esta una visión de una España centralizada y cuasi-imperial que nada tiene que ver con la sensibilidades del  estado autonómico que ha evolucionado desde la muerte de Franco. Y se ha enfrentado con el Catalanismo de Arturo Mas que insiste en su propia imposición del Catalán como caballo de Troya de un movimiento independista cuyo apoyo popular a su proprio partido no llego hace pocos días  a ese  ‘mayoría absoluta’ al cual al que aspiraba.

Es evidente que el Sr Wert ha querido tomar ventaja de un momento de confusión y debilidad del nacionalismo Catalán. Los resultados de las recientes  elecciones Catalanas  ofrecieron al país ni un paso atrás ni adelante, sino una imagen preocupante de unos de las regiones potencialmente más ricas del país estancada en un ‘limbo’ político.

Tanto en Barcelona como en Madrid hubiese sido una oportunidad para una pausa meditado sobre la necesidad de asumir parte de la perspectiva de la otra ribera. Pero en vez de esto, Mas se ha acercado  a los extremismos de  Esquerra, y Rajoy a dejado que su política hacia Catalunya se defina por lo mas  neo-con de su partido. Una vez  más se aproximan dos trenes con claras perspectivas de colisión.

 

 

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